Uno para llevar: Into the Breach
Into the Breach es un juego de estrategia por turnos, progresión estilo roguelike, vista isométrica y una estética pixel art, desarrollado por Sunset Games. Ambientado en un mundo futurista, donde una raza alienígena conocida como los Vek ha invadido el planeta Tierra y lo ha llevado a un colapso casi total. En este caos, tomaremos el control de una unidad militar conformada por tres mechas, y tendremos por objetivo principal liberar a cuatro islas de la amenaza Vek.
Cada isla tiene una serie de misiones que completar, aunque nunca llegaremos a hacerlas todas, porque en cierto momento un jefe Vek hace acto de presencia en la sede central y luego de derrotarlo queda liberada esa zona y pasamos a la siguiente isla. Con dos islas completadas se abre la posibilidad de luchar contra el jefe final, o de seguir liberando territorios, queda a decisión nuestra.
Una vez elegida una misión, aparecemos en el campo de batalla y se nos permite elegir una posición de despliegue. En cada turno podemos movernos (cada unidad tiene un rango de movimiento distinto) y realizar una acción (atacar, curarse, usar alguna herramienta específica de alguna unidad), de ahí terminamos y le toca al enemigo. Hay que ser muy cuidadosos y metódicos a la hora de tomar decisiones, porque el juego es muy exigente, y aún en dificultades bajas, no perdona los errores. Podemos reiniciar un turno si salieron las cosas mal, pero después todo fallo será irreversible. En cada mapa hay estructuras civiles, como viviendas y fábricas, que al ser atacadas hará bajar una barra de energía, si ésta llega a cero se termina la partida.
Las unidades ganan experiencia a medida que completamos misiones, y con eso desbloquean nuevas habilidades. Pero si caen en combate, se pierden para siempre y nos queda una unidad genérica de cara al resto de la partida. Podemos elegir grupos especiales de unidades, que se desbloquean cumpliendo ciertos desafíos, o armar nuestro propio equipo con los que tengamos disponibles. También hay pilotos especiales que se pueden desbloquear y equipar a las unidades para dotarlas de habilidades únicas. Completar misiones en tanto, nos recompensa con energía para el reactor central y con células de energía que funcionan como moneda de cambio para comprar armas y mejoras permanentes para los mechas.
Todo esto, con un desarrollo estilo roguelike, con partidas cortas donde las misiones se generan de forma procedural, lo que añade cierta variedad y evita que nos cansemos rápido. Además, cada isla tiene biomas distintos y eso permite que haya misiones donde las ventiscas de hielo congelen a las unidades, el suelo ceda y abra hoyos gigantes o el mar avance y se vaya comiendo las casillas, y como afecta a todos por igual es algo que se puede aprovechar para ahorrarnos algunos combates. También hay otras cosas, como naves que aterrizan y queman todo con sus reactores, aliens especiales que aumentan la resistencia del resto, cápsulas que caen del espacio con loot, entre otras situaciones que le agregan tensión a la partida y nos obligan a pensar bien cada movimiento.
En fin, es un juego que me encantó, que obliga a pensar, con una interesante profundidad en sus mecánicas, con unos gráficos muy lindos, buena banda sonora. Es difícil, pero no es frustrante, permite jugar tanto sesiones largas como cortas y a medida que se le agarra la mano, es más disfrutable aún.
Se puede conseguir en Steam, GOG y Microsoft Store para PC. Para Android y iOS viene incluido con la suscripción a Netflix, y por último también se puede comprar para Switch en la tienda de Nintendo.









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