F1 24 es un juego plástico y sin alma, pero que puede llegar a entretener
He estado jugando un poco a F1 24 en las últimas semanas y la verdad es que me deja sensaciones amargas respecto a lo que termina siendo, más cuando es el único producto con una licencia oficial de la categoría al completo y por lo tanto tendría que estar cuidado al detalle. Y la verdad es que no resulta así, pero vayamos por partes.
En F1 24 tenemos la posibilidad de jugar con los coches de las 10 escuderías de la categoría usando a cualquiera de los 20 pilotos, y también a la F2, con todos sus coches y pilotos. Para ello contamos con varios modos de juego, donde se puede simplemente jugar una carrera suelta editando todos los parámetros de la sesión o sumergirse de lleno en dos modos campaña con enfoques bien distintos.
Está el modo Carrera, donde creamos nuestro piloto, elegimos si arrancar desde la F2 o la F1 y comenzamos a subir peldaños poco a poco. Buscamos una escudería, elegimos a nuestro compañero y salimos a correr. Tendremos un calendario uno a uno con la categoría elegida, aunque podremos modificar la cantidad de contenido en el fin de semana: si hay prácticas, si la clasificación es por tiempo o a una vuelta y la duración de la carrera.
El otro modo importante es My Team, tendremos que crear nuestra propia escuderia y pasar a ser el 11° equipo de la Formula 1, cumpliendo el rol de jefe y piloto. Es una idea interesante, ya que pasaremos tiempo en el taller escogiendo el rumbo del desarrollo del auto. Se puede priorizar aerodinámica, motor, chasis, simulador o simplemente hacer algo más balanceado aunque no destaque en nada. También el objetivo que nos ponemos en el año tiene peso en este modo: si elegimos pelear la punta atraeremos mejores sponsors, pero se nos pedirá cumplir ciertas metas en cada carrera mucho más complicadas que si preferimos ser un equipo de fondo con sueños de crecer de a poco.
Otro modo importante es F1 World, una especie de hub que engloba desafíos contrarreloj, carreras rápidas y un conjunto de misiones y desafíos. Habrá que crear un avatar y tendremos un auto que no es de ninguna escudería y podremos personalizar como más nos plazca. De ahí podremos jugar distintas pruebas que van rotando semana a semana, completar misiones del estilo de "haz X adelantamientos" o "mantén Y tiempo delta durante 3 vueltas", las cuales nos darán monedas para gastar en mejoras para el coche. Por último podemos formar parte de la Fan Zone, donde habrá que elegir un piloto y una escudería, y por cada vez que completemos desafíos sumaremos a un puntaje global, que al finalizar las temporadas dará recompensas al equipo ganador.
Y acá arrancan los problemas, tanto en el modo My Team como en F1 World las mejoras se sienten como simplemente aumentar estadísticas, porque cada pieza nueva tiene un número y un color de rareza al estilo juego de celular, así que no es algo para pensar demasiado, solo hay que poner la pieza más rara y con el número más alto que tengamos y listo. Las misiones del F1 World también se sienten como misiones de juego de teléfono móvil, porque son todas del estilo de hacer alguna acción muchas veces, es solo relleno para enganchar a la gente y lograr monetizar con las skins y los gestos que sirven para este modo y para el multijugador.
Porque sí, F1 24 cuesta 70 dólares y además tiene microtransacciones, claro que no es de extrañar viniendo de EA y su obsesión por lograr sacar el mayor rédito posible con el mínimo esfuerzo. Esto último porque se nota la falta de profundidad del juego, lo atrasado que está quedando el motor gráfico y el poco contenido nuevo respecto a la anterior entrega.
Pero si hay un detalle que termina de arruinar todo, es la jugabilidad. El auto no transmite ninguna sensación al manejarlo, es como si manejara un auto en GTA V o cualquier otro juego de mundo abierto. Tiene un amplío abanico de ayudas para ajustar que puede hacer del manejo algo tan sencillo como solo acelerar, frenar y girar el volante, pero a medida que quitamos las ayudas se nota lo mucho que le falta para acercarse a ser algo medianamente parecido a los grandes simuladores del mercado. Si bien tiene los detalles más básicos, como el tener que acelerar de forma progresiva en las marchas bajas para no trompear, o la pérdida de rendimiento si rompemos un alerón en un choque, luego palidece en muchos aspectos.
La pista no cambia nunca, en lluvia prácticamente no patina, los bloqueos por una frenada brusca tampoco parecen afectar demasiado el rendimiento, si volvemos a la pista luego de terminar en la grava o en el césped no se nota ningún efecto en el agarre del neumático. Quitando los alerones delanteros, el resto de los daños son una moneda al aire, a veces un golpe no tan fuerte nos deja fuera, otras veces podemos llevarnos por delante otro auto y seguir como si nada. Son todas cosas inaceptables para el juego oficial de la categoría más famosa del mundo.
Pero al final, para un jugador casual, o que solo busca jugar en las mismas pistas que el campeonato de F1 o que tiene un grupo de gente para jugar online, es una opción que entretiene. Sin embargo, jamás le recomendaría a nadie comprarlo de salida, es algo que no vale para nada la pena si ponemos en la balanza lo que cuesta y lo que ofrece.












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